Cuando no sepa dónde encontrarte. Cuando una mesa para uno sea una prueba más y los crucigramas no supongan una forma más de nosotros. Cuando en mi mesa imite falsamente tu cojín de los pies. Cuando los proverbios estén en lenguas no muertas que yo no sepa significar. Cuando deje pelis a medias a medianoche. Cuando las sábanas me den frío y la luna me abra los ojos. Cuando las manos me pidan las tuyas y los abrazos tengan que esperar un día más. Cuando la sal empape las retinas y los nudos se afinquen en oclusividades sordas o sonoras apremiando las nasales. Cuando mire donde mire te vea, te intuya, te sepa, te ame; y aún no sea posible convertirte en tangible, estarás en Bach y en todos los demás.
nb.