Y después de un café de sobremesa en el Aberdeen con Marina y Eva...
Me espera una semanita de trabajo atrasado y el finde...
Un nuevo destino, si la salud lo permite.
Viajaré en bus, pero con compañía: Dani.
Un viaje con el equipaje ligero: una mochila y listo.
A casa de Almu, claro: ya es hora.
Dejaré solos a los tortolitos y me iré...
Y es que hice una promesa a dos: también a Altea.
Hay pendiente una rica cena y unas copichuelas por Chueca.
Todos juntos.
Ganas de conocer a las amigas de mi tata y hablarles de ese vestido de tubo, jejeje...
Ganas de abrazar a la enana merengada y EG-KE te extraño mucho muchísimo.
* * *
Altea, ya desde hace semanas estamos hablando mucho, escribiéndonos mucho, sintiéndonos mucho. No sé si leerás esto, porque andas en otras historias, y aunque nunca me he cansado de decírtelo: te quiero, estoy, no me he ido y no me iré. Porque aunque pase mucho tiempo entre visita seguimos siendo igual de importantes que siempre la una para la otra. Porque en la diferencia reside la riqueza y tú y yo, preciosa, somos los seres más antagónicos del mundo. Pero me encanta estar cerquita tuyo: me enriqueces en cuanto a fuerza, siempre tan dispuesta. Me llenas de alegría, siempre tan viva. Me regalas aliento, nunca descansando.
Y es que también he de decirte, que a tu lado, aunque sea por teléfono, nunca me siento sola. Te noto tan pegada a mi alma que hace poca falta contarse nada, solo con escucharse respirar, ya todo está sereno. Y aunque ahora vas por un momento de tu vida que no es de los ideales y me tienes para cuanto necesites... aún así, he de agraderte, porque incluso pasándolo complicado tienes mucho para ofrecer. Y a mí, me has ofrecido tanta compañía y tantas pautas de confianza en mí, que sólo tengo boca para decirte gracias.
Siempre que pienso en tí se me dibuja una sonrisa enorme. Porque mucha gente tiene oportunidad de conocerte y quererte, pero la que no la tiene ya sabe de tí porque los demás lo contamos. Y es que eres grande: de vida grande y alma grande. Quizá no hayas tenido la vida que habías soñado, pero tú la conviertes en bonita. Eres admirable y luchadora... y sobre todo, en el fondo y desde el fondo, eres buena. Y eso es lo que más vale, porque siempre sentirás que las cosas las has hecho bien, porque las haces de verdad. Por eso te quiero y te respeto tanto. Sigue luchando, sigue jugándotela por todos a los que quieres, que los demás seguiremos alucinando contigo, sorprendiéndonos y sonriendo al recordarte o al compartir instantes contigo.
Es grandioso tener amigas como tú.
Desde siempre, para siempre.
Estoy orgullosa de tí.
Te quiero.
Betsy ;-)
1 comentario:
Madrid tendrá que esperar a que Almu se ponga buena... Vamos tata! lucha contra el virus!
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