Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu has hecho todo lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala. De una manera u otra es el resultado de tus actos y prueba que tu siempre has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro. Acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro será tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo.
Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y las soluciones vendrán a tu encuentro por sí solas.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte. Y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres el arquitecto de tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate, lucha, camina, decídete y así triunfarás en la vida.
Nunca pienses en la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
No culpes a nadie, Pablo Neruda.
Tomo prestada, de momento, la poesía.
Hasta que vuelvan a salir sensaciones en palabras.
Y hoy, además, parece domingo.
¿Alguien da más?
2 comentarios:
(Por si te sirve/gusta/entretiene/aburre/desconcierta...: )
Sensaciones sin palabras,
sensaciones sin hechos,
hechos y desechos
en una sopa de letras,
regañinas y abracadabras
entre seres y quisieras,
buscándote en quesos huecos
por vaciados de ideas
en viernes domingueros.
Por los agujeros te pierdes
el jamón entre silencios,
buscando evoluciones
y crecimientos a dieta,
no viendo tu talla
en recuerdos y desilusiones,
en sopas de ideas,
domingos y deseos
mientras callas,
no viendo tu talla.
Por los agujeros te pierdes.
No te pierdas.
(Como te faltaban palabras, he intentado prestarte algunas, aunque con lo que sé no sé si serán las que te faltaban u otras...)
Gracias, buscador de Ítacas. Sí que es cierto que hoy ha sido un viernes dominguero, con agujeros sin jamón - ibérico, por favor - y no viendo más allá de mis narices.
Me ha servido.
Me ha gustado.
Me ha entretenido.
Me ha des-aburrido un poco.
No tanto el desconcierto, como para sí cuestionarme.
Y no, tranquilo, que no me pierdo. Es lo que tengo: que se me escapa el norte - siempre tuve sentido de la orientación cero patatero - pero enseguida me encuentro.
Gracias por tus palabras, las pienso tomar prestadas.
A veces pasa que me pierdo, pero enseguida me encuentro.
Sonrisa de viernes (olvidando lo de "dominguero".
Duendecilla.
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