Mirad mi continente contenido
brazos, piernas y tronco inmesurado,
pequeños son mis pies, chicas mis manos,
hondos mis ojos, bastante bien mis senos.
Tengo un lago debajo de la frente,
a veces se desborda y por las cuencas,
donde se bañan las niñas de mis ojos,
cuando el llanto me llega hasta las piernas
y mis volcanes tiemblan en la danza.
Por el norte limito con la duda,
por el este limito con el otro,
por el oeste Corazón Abierto
y por el sur con tierra castellana.
Dentro del continente hay contenido,
los estados unidos de mi cuerpo,
el estado de pena por la noche,
el estado de risa por el alma
-estado de soltera todo el día-.
Al mediodía tengo terremotos
si el viento de una carta no me llega,
el fuego se enfurece y va y me arrasa
las cosechas de trigo de mi pecho.
El bosque de mis pelos mal peinados
se eriza cuando el río de la sangre
recorre el continente,
y por no haber pecado me perdona.
El mar que me rodea es muy variable,
se llama Mar Mayor o Mar de Gente
a veces me sacude los costados,
a veces me acaricia suavemente;
depende de las brisas o del tiempo,
del ciclo o del ciclón, tal vez depende,
el caso es que mi caso es ser la isla
llamada a sumergirse o sumergerse
en las aguas del océano humano
conocido por vulgo vulgarmente.
Acabo mi lección de geografía.
Mirad mi contenido continente.
De Gloria Fuertes, claro. Quién mejor que ella.
Encontré más libros de los que me leía mi padre cuando era pequeña
(más pequeña que ahora, digo), ya pondré algún trocito por aquí.
No sé si quiero crecer del todo, da como miedo, oye.
Un beso con color de madrugada.
Duenda.
4 comentarios:
Parece que leemos cosas que pertenecen a distintos lados de la realidad. En el fondo me gusta esa forma tan positiva de interpretarla, me gusta que te hayan leido o ayudado a leer esos poemas de peque. Me jode que Francia haya echado a España del mundial pero más me jode que no pongas el link a mi blog como lo he puesto yo en el mio.
Un beso, y a por ellos (¡oe!)
Hola niña:
El continente y el contenido... ambas caras de la misma moneda, como pasa con todo, todo tienes dos caras lo jodido es cuando te llevas un revés, de esos que te tiran al suelo.
Ahora hace falta la calma que devuelve las cosas a su sitio después del vendaval y entonces te contestaré a lo que me pides, xq ahora no es un buen momento, y ya sabemos que las cosas no se debn forzar, verdad? poco a poco de todo se va aprendiendo un poquillo, que al menos nos sirva para eso.
Un Beso de tilo;
aralita*
P.d: La culpa de los NO-enlaces del blog de la duendecilla es mia, prometi que se los pondría. Cuando acabe los exámenes re-prometo que lo haré.
Bueno Aralita, ahora releyéndolo parece un poco fuerte pero era en plan de broma y cariñoso, esto va tambien para Duenda.
Atiendo a tu juego, Urita. Yo también juego, que por jugar no quede, que la vida es un juego jugoso de saberse juguetón entre todos los juguetes.
- ¿Por qué queremos?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos queremos?
- Porque sí.
- ¿Por qué la incertidumbre?
- Porque sí.
- ¿Por qué aceptamos?
- Porque sí.
- ¿Por qué también odiamos?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos perfeccionamos?
- Porque sí.
- ¿Por qué sufrimos?
- Porque sí.
- ¿Por qué necesitamos?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos divertimos?
- Porque sí.
- ¿Por qué lo imprevisto?
- Porque sí.
- ¿Por qué el aburrimiento?
- Porque sí.
- ¿Por qué el movimiento interior?
- Porque sí.
- ¿Por qué la improvisación?
- Porque sí.
- ¿Por qué somos "iguales"?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos distinguimos?
- Porque sí.
- ¿Por qué simplemente nos identificamos?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos queremos ver?
- Porque sí.
- ¿Por qué no nos vemos?
- Porque sí.
- ¿Por qué buscamos vida?
- Porque sí.
- ¿Por qué vemos vida más allá de nuestra vida?
- Porque sí.
- ¿Por qué en las otras vidas queda PARTE DE nuestra vida?
- Porque sí.
- ¿Por qué queremos ser?
- Porque sí.
- ¿Por qué nos queremos?
- Porque sí.
- ¿Y por qué nos dolemos en soledad?
- Porque sí.
Es genial que constantemente nos cuestionemos miles de millones de cosas. Lo que no es tan encantador es que esperamos encontrar la/s respuesta/s adecuada/s. Hay cosas que ocurren sin más, porque sí: no hablo de que sea azar, ni magia, ni casualidad... ni Dios. Hace mucho que no creo en las casualidades, pero sigo creyendo en los "porque sí".
Hay cosas que no se explican y hay cosas que es mejor no explicar, incluso. Desgastan innecesariamente y pierden su verdadera esencia y se esfuman, sin más, dejando agujerillos por los que se cuelan el frío - en invierno - y los mosquitos - en verano -.
Un placer jugar contigo. ¿Lo guardas tú para que no se rompa? Hasta el próximo rato de juegos.
Un beso: juguetón.
Duenda.
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