Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría
un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
-de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso-;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día,
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo, mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando -luego- callas...
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta.)
A mano armada me acerqué a su poesía un día y para siempre.
Gracias por despertar-nos a la poesía desde otros ojos.
Descanse en paz, señor de las Palabras.
d.
9 comentarios:
"PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ
Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento..."
Y hoy, cuando el desaliento es ya ex aliento, para que el mundo sepa que yo me llamaba Ángel González fue necesario
[tristes prioridades informativas del mundo moderno] que el día de mi marcha silenciosa no recibiera también la visita de la innombrable algún héroe de las canchas.
Niña! Conocí a Ángel por "tu culpa", me lo llevé a Nica para acordarme de ti.
Me gusta éste, y me suena haberlo leído por aquí:
ESTO NO ES NADA
Si tuviésemos la fuerza suficiente
para apretar como es debido un trozo de madera,
sólo nos quedaría entre las manos
un poco de tierra.
Y si tuviésemos más fuerza todavía
para presionar con toda la dureza
esa tierra, sólo nos quedaría
entre las manos un poco de agua.
Y si fuese posible aún
oprimir el agua,
ya no nos quedaría entre las manos
nada.
Ahora: ¿Te recuerda a alguna de mis fotos? jijiji
¿No? no me lo creo...
Besins apa!
nacho: es otro de mis preferidos y casi oigo su voz recitándolo... madre mía, que estoy triste. muá.
capi: claro que me recuerda... que de este tipo de cosas, tenga siempre yo la culpa. abrazo.
apos!
d.
su poesía es y será inolvidable, sus últimas amistades y a las cosas que con ellos se prestó...
anónimo: te ha faltado el FUE, que también, me parece. recuerdo sus poemas musicados con pedro guerra y sus tangos improvisados con joaquín sabina...
d.
Bendito sea... y siempre pesara su ser sobre el suelo...
mijel: y sobre el cielo de los poetas (seguro que está en la zona vip).
d.
Me encanta lo que su poesía me hace sentir, lo que me transmite su sensibilidad...nos ha dejado un gran legado...
Bss
Qué GRANDE (era) es Ángel González... qué estilo, qué maestría, qué manera de pellizcar los sentidos...
Llego tarde a esta fiesta, pero me gustaría participar de alguna manera... y como nunca sé decantarme por ninguna poesía en concreto, os dejo aquí el primer poema que leí de él... a partir de aquí, el Maestro Ángel González empezó a formar parte de la estantería de mi habitación, de la mesita de noche y de mi vida...
ESO ERA AMOR
Le comenté:
- Me entusiasman tus ojos
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rímel?
- Grandes, respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas
Un besete mañanero
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