domingo, 24 de abril de 2005
Agresividad en el corazón
Hace ya muchos años, alguien que quiero mucho, me dijo "No es bueno acumular agresividad en el corazón". Qué sabio consejo. Pues cierto es, pero a veces... inevitable.
Porque tengo un puño de motivos, gestos, palabras, miradas y detalles que iba dejando aparcados con intención de olvidar, de aumentar esta paciencia que tantas veces me falta, de no perder los nervios y soltar cuatro gritos; pero esa montañita se ha convertido casi en un Himalaya.
Y mi paciencia ha encontrado su límite. Y hace falta un buen café para hablar de muchas muchas muchas cosas y poner las cartas sobre la mesa. Porque una amistad es de dos, nunca de un@. Porque estoy harta de comparsas. Y hoy, lo he visto todo muy claro: o hablo ahora o callo para siempre. Y hace mil que no hay noticias, ni llamadas, ni sonrisas, ni carcajadas, ni sueños que compartir... y cada día me va influyendo un poquito menos. Y eso es lo que me da miedo, pero esto es real, no está en mi cabeza, así que ese argumento de que "son paranoias" no servirá. Esta vez no. Y como hace mucho tiempo que algunos caminos decidieron chocarse, no quiero que se vaya a perder.
Ahora, una se cansa de esperar que las cosas cambien y... no soy yo, precisamente, la que tiene la última palabra. Porque no quiero acumular agresividad en el corazón, pero aquella mirada... no, ¿eh? NO.
Beso. Azul. -duendecilla-
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