Hay
un faro en mi ventana.
No
acostumbro yo a estos verdes
de
reflejos puntiagudos,
de
cimas redondeadas,
de
fuegos embarrados por la niebla.
Las
cinturas que bailan los viernes
con
la lluvia],
los
abrazos con los ojos
de
los que huyen
-a
sabiendas-
de
cicatrices-grieta.
Aquí
nunca se usan las manos.
Hay
un faro en mi ventana
pero
no comprendo/no interpreto
a
qué náufragos alumbra las raíces.
d.
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