A Drú.
Los instantes.
I.
Hay que afilarlos.
Desastillarlos
para que sea limpia
la herida;
para que
claven,
escuezan,
lo justo y necesario.
Y entonces
(y sólo entonces)
una palabra
bastará
para sanar(me).
II.
El óxido en la herida,
solsticio y equinoccio
de costuras quebrantadas
por lo dulce
de mirarse
por lo báquico
de entenderse
por lo efímero
de los mapas.
Pasar las yemas de los dedos
leyendo
las eléctricas señales braille de batallas
siempre
inacabadas.
Y decir(nos) con escalofrío cálido en los ojos:
"que gane el mejor
o
la alegría".
d.
No hay comentarios:
Publicar un comentario