lunes, 29 de noviembre de 2010

Conversaciones con Tormenta.

Tormenta escribe en su blog:

Fin de semana perdido
Mi casa / huele a cenizas. // He prometido / no volver a fumar. // Los fantasmas / no son muertos / me han pedido / besos de lata / y cenar conmigo. // Me han sajado / la carne viva. / Nariz. Vagina. / Ano. / Uñas / Yemas tiernas. / Sangre. // He muerto / retorcida, / en un orgasmo de pánico. // Me he pasado / la noche / en Urgencias. / Son azules / las manos de la afonía. // No es un sueño / esta metáfora. / No soy / frágil / soy mentira. / Estoy muerta.

Y una, que gusta mucho de réplica, y no se aguanta porque no quiere, contesta:

Tu casa, huele a cenizas porque el viento es tiempo. Prometes no volver a fumar pero decides, una y otra vez, sentarte sobre el vértigo. Tus fantasmas no son muertos, claro que no, algunos sobreviven siempre todas las navidades; y te piden besos de lata (de conserva, que conservas) y cenar en tu mesa para desquitarse de los restos de agosto de los bolsillos. Te han sajado la carne viva para seguir bebiendo respeto de tu boca. Nariz y cuello. Vagina y útero. Ano y nuevo año. Uñas y yemas tiernas que no tocan. Sangre. Sudor. Y lágrimas. Pero pocas.

Mueres retorciéndote en un osgasmo de pánico porque, en el fondo, lo que quieres, es que las noches sigan cupiendo en ceniceros. Por eso el frío sigue provocándote tos y las manos se te vuelven azules y afónicas como las uñas y las yemas tiernas que no tocan. No es un sueño esta metáfora, no: es que es absurdo el invierno. Como una puerta de emergencia desde el otro lado. Ni eres frágil, ni mentira, ni estás muerta. Es solo que hay mucho idiota ahí fuera.

Entonces, sueñas que te caes por la escalera. Y te despiertas queriendo rezar en el silencio rojo.

d.

p.d. gracias, por ser inspiradora.