lunes, 16 de julio de 2012

Exceptuando el antepenúltimo verso.


Contigo las imperfecciones y los contratiempos no me importan ni un pepino. La vida se convierte en una aventura cotidiana que no deseo perderme. Y seguir así, acostumbrándome a tus formas sin perder nunca las mías, acostumbrándome al nosotros con los eslabones de identidades que nos completan. Ginebra, Machado, Leonor, Pitingo, Martirio. Que la guerra sea siempre por el sitio de las cosas o de las gafas o. Tras las piedras, la luz y el liquen. Y los prefiero en tu abrazo.

nb.