Las rubias no somos tontas, hacemos de rogar nuestro profundo y reflexionado conocimiento. Las rubias no somos tontas, tanteamos quién es el (sol) que más calienta. Las rubias no somos tontas, llegamos tarde para que anhelen nuestra inimitable presencia. Las rubias no somos tontas, leemos la Vanity Fair y miramos la Cosmopolitan porque es lo que más nos recuerda a literatura y otras artes. Las rubias no somos tontas, somos solitarias y así nos ocupamos en exceso de la vida de los otros. Las rubias no somos tontas, no tenemos amigos porque nuestro tiempo libre lo dedicamos a alimentar a nuestra víbora (interior). Las rubias no somos tontas, vamos a misa los domingos para guardar la reputación de nuestros pequeños pecados. Las rubias no somos tontas, pero nos encanta parecerlo: tenemos una cara de sorpresa preparada con onomatopeya y todo. Las rubias no somos tontas, (pero) es queee... disimulamos fatal porque somos siempre super sinceras.
p.d. a propósito de un chiste tan malo como la rubia.
d.