lunes, 30 de octubre de 2006

Je me souviens.

Me acuerdo de un café.
Me acuerdo de una mano
y de la estela que dejó la bofetada.
Me acuerdo de una noche que duró años
hasta que el sol apareció
cansado de esperar nuestras trastadas.
Me acuerdo de Cris
y de los ensayos cada viernes por la tarde.
La muerte es un misterio igual que el nacimiento,
por eso también me acuerdo de Paula,
la alegría de la casa.
Me acuerdo de mi yayo
que me falta un poco
y a ratos un mundo.
Me acuerdo de cómo reír
y qué contenta me pongo entonces:
gracias, Gloria Fuertes.
Me acuerdo de la primera vez
que leí El Principito.
Me acuerdo de Joaquín Sabina
y de Elena Bugedo:
¿seguro que no fueron nunca amantes?
Me acuerdo de los paseos con mi padre
y los pasteles de Cubero,
de las broncas cómplices con mi madre
y el color de sus abrazos.
Me acuerdo del olor del trastero
y del olor del teatro Calderón.
Me acuerdo del columpio nuevo de cada verano,
del olor a torreznillos y patatas,
de cuando plantamos el moral sin moras
y del bastón en el armario.
Me acuerdo de una estúpida canción
y de la canción de Las Hormiguitas.
Me acuerdo de cosas que no puedo explicar a nadie.
Me acuerdo de las metáforas y de tí.
Me acuerdo, alguna vez,
de que estoy cansada
pero se me olvida enseguida.
Otra práctica de creación literaria: arriba unos enlaces. Esto viene a cuento de una obrita que escribió George Pèrec titulada Je me souviens (1978) y que años más tarde, coleccionaría Juan Bonilla compilando recuerdos de ejemplares diferentes, de personas distintas que en las últimas páginas de cada libro, dejaban escritos sus propios recuerdos.
"... para añadir la memoria de otro a la mía: ¿No es al fin y al cabo eso literatura?..."
"... coleccionando ejemplares de Je me souviens, lo que hago es coleccionar experiencias que me faltan..."
"... nos enseñó que la literatura en esencia es eso: ofrecer memoria, invitar a hacer memoria, compartir recuerdos, añadir recuerdos a la bolsa donde guardamos todos los 'me acuerdo' que son nuestra vibrante necrológica, que nos hace ser quien somos..."
Aquí entonces mis Me acuerdo.
Bueno, pero solo algunos.
¿Y vosotros? ¿Cuál son vuestros "me acuerdo"?
Feliz semana.
Duenda.

lunes, 23 de octubre de 2006

Princesas de un infierno.

Trabajo de técnicas de creación literaria. Este es mi tema. Espeluznante, terrible, destructivo, atroz, triste, agotador... He leído y leído estos días artículos, páginas web, foros pro y en contra, consejos, mentiras, verdades... hasta bitácoras y foto - logs de niñas y niños (y no entendáis 'niñas y niños' como 'mujeres y hombres de corta edad') que padecen estos trastornos. Me centro en las mujeres, es de lo que más he encontrado.
Un mundo aparte. Una enferdad, desde luego. ¿Un trastorno alimenticio? No señores, un trastorno psicológico absoluto. Incomprensión, miedo, caos interior y del de por fuera, ansias de perfección equivocadas, sentimiento de tener que dar la talla constantemente...
Una atmósfera repleta de engaños para con ellas mismas. Una obsesión llena de símbolos. Algunos, conocidos; otros, secretos. La continua obsesión por las básculas de baño, para pesarse cada vez que comen una miguita de pan; los espejos, para autocastigarse llamándose "gorda, cerda, asquerosa ó fracasada" cuando lo único que tienen delante es un saco de huesos agonizando de tristeza; el maquillaje, para que padres, amigos o parejas no atisben esa palidez preocupante; los gimnasios, pues en quemar está su mayor y firme propósito vital; los chicles, para no olvidar cómo se mastica; las servilletas - escupideras entre las piernas debajo de una mesa cuando por la situación se ven obligados a comer normal... ya se comenta en boca de todos, como indicios de estos infiernos.
Pero ¿A que no sábíamos que llevan pulseritas blancas con bolitas de colores en los lugares públicos para reconocerse entre ellas y ayudarse si andan en un aprieto? ¿Y que entre ellas se llaman Princesas, Ana (si son anoréxicas) y Mía (si son bulímicas)? ¿Que hay cientos de dietas horripilantes que se inventan y siguen a rajatabla animándose entre ellas? ¿Que los fines de semana se convierte en tres días de constante fingimiento, escabullirse y luchar contra ese "yo" que llevan dentro que sabe que no están haciendo las cosas bien?
Se jactan de haber conseguido engañar a los suyos, de mantenerse desde hace días enteros a base de agua, chicles y algún vaso de lecheo UNA galleta. Se cortan los brazos escribiéndose mensajes para no olvidar, como si su cuerpo fuera un post - it de usar y tirar. Se autocastigan todo el rato... Son CONSCIENTES de lo que están haciendo y aquí el matiz de TERRIBLE INFIERNO, que no tienen hambre porque se acostumbran, que las encanta ver (literalmente) sus huesos, que aprenden a sonreír aunque lloren por dentro, que la gente las mira con ojos malditos, que han hecho de su vida un bonito compendio de mentiras y engaños, que lo que ellas entienden por equlibrio no es más que enfermedad...
Duro, vaya. ¿Cómo ponerse en la piel de una de ellas y relatar un día entero? En esto consiste. Son libres. Según ellas, este es el modo de vida que han escogido. Os adjunto esta imagen que rescaté de uno de tantos sitios a los que he entrado. La idea de "ella" era algo así:
"Me gusta mucho esta imagen porque muestra la forma en que vivimos.
Cómo padecemos y morimos mientras para la galería sonreímos.
Somos payasos y nadie se fija en la tristeza de nuestros ojos.
Constantemente me dicen que sonrío todo el tiempo.
Ay, si supieran lo que siento realmente y que lloro todo el tiempo..."
Y es que resulta, mira tú por dónde, que los verdaderos infiernos también tienen una ventana por la que se cuela la luz del paraíso. Por eso sufren, conscientes; y quizá, también por eso que nosotros, ignorantes, no entendemos nada de nada.
Duenda.

domingo, 22 de octubre de 2006

Ojos que no ven...

Esta no es la embajada del reproche
ni el vademécum de lo que perdí,
para que llueva, par ser de noche,
es condición sine qua non to be
or not to be como intuyó el bolero
calavera de un príncipe danés,
se equivoca la urgencia y el te quiero
que no vuelve la ausencia del revés.
Escribo sólo por matar las tardes,
por no ponerme a deshacer maletas,
por no arrastrarme por las estaciones
por no andar, como el rey de los cobardes,
mustio, con un ramito de violetas,
en el sepelio de las decepciones.
Joaquín Sabina. Volando de catorce.
Tarde buscando ideas para la segunda práctica de creación literaria, y al final, me quedo con mi muso que siempre me sorprende, aunque me lo sepa de memoria. Os lo comparto, por si gusta. En realidad, sobre todo en domingo y a estas horas, pienso que sí, que es verdad, que "escribo sólo por matar las tardes".
Por cierto: "Ojos que no ven..."
¿Cómo seguía? ¿Alguien me echa una mano?
Duenda.

miércoles, 18 de octubre de 2006

A mano armada.

Palabras sobre palabras y un poeta que no conocía.
Clase desordenada, pero bonita.
Aprendiendo a comentar, cómo me gusta tercero.
Buen finde.
Duenda, a mano armada.
A mano armada,
cuando la noche impone su costumbre de imsomnio,
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,
los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.
Reconozco los rostros. No hurto el cuerpo. Cierro los ojos para ver más hondo, y siento que me apuñalan fría, justamente, con ese hierro viejo: la memoria.
A mano armada.
ÁNGEL GONZÁLEZ, Oviedo 1925.

lunes, 16 de octubre de 2006

Sin perder el Norte: ¡subidónnn!

- Me quiero ir de puente a algún sitio.
- Yo creo que iré a Oviedo, tengo ganas de hacer otra visita.
- Ah, pues bien.
- ¿Vienes conmigo?
- ¿Dónde hay que firmar?
Y este viaje fue el resultado:
Un viaje estupendo con música de Quique González, otro descubrimiento. Había un poco de mieditis, he de reconocerlo, pero ir contigo daba seguridad y además quería que los conocieras, creo que has sabido reaccionar. Que has disfrutado, que has comprendido, que has aprendido y aprehendido cosas. Cosas que quizá ahora expliquen un poco esa parte de mí que no sale mucho a la luz entre vosotros. Me alegro de haber compartido este viaje contigo, Martuela. Sabes que Pachús sigue siendo Pachús y sé que tú también los has pasado en grande. Risas, confesiones, cómplices de instantes, copichuelas - cacharros, claro - , teatro, paseos, horas de no - dormir... Genial. Más de cerca de tí, que eso también cuenta. Subidónnn.

De torres. "No ye pa tanto, home". Jajaja. Mucho susto y luego nada. Batalla campal entre cuatro: Lile y Marta contra Alberto y una, que no tenía ni idea, pero qué rápido lo hizo. Y ganamos, ¿eh? ¿Alguien lo dudaba? Qué ricas, tú. El sitio muy raro

De cerves en el irlandés bonito del que nunca recuerdo el nombre - tipo Aberdeen, más guay - : Pablo, María, Mara, Marta y yo. Conversaciones de todo, tocando todos los puntos muy rápido, pues no sobraba el tiempo y yo quería saber, como siempre: buscándoos por dentro un poco, me apetecía. Hay que seguir cuidando y me da la gana hacerlo así, aunque no sea la mejor de las maneras, no tengo muchas más alternativas viéndoos una o dos veces al año.

De cafés: solas o acompañadas, pero muchos. Opinando, conquistando, contando, acordándonos de los que no vinieron, de los que no vimos.

De sidras en la Cuadra de Antón, lugar familiar de 2ª vez: , de cena... y luego ¡esto! - me refiero a la foto - . Uf. Todo al revés. Pero es que Asturias is different, jajaja: Pablo, María, Mara, Lile, Marta y yo. Más conversaciones interesantes de recuerdos, de experiencias, de fuego - del de por dentro y del de por fuera - , de un mensaje que llegó de Alberto contando que había perdido el tren y que cenáramos sin él... Por supuesto que NO me enfadé, desastre encantador.

De cena en un italiano: ¿provolone? ¿polvorón? no me acuerdo, pero muy rico. Vinito y cenita. Yo no andaba muy consciente, yendo al revés yo no puedo. De tranqui, seguimos contándonos y contando. No recuerdo demasiado, me tenéis que perdonar...

De cena en casa de Al: mmm... todo buenísimo. Vinito blanco con burbujas - tampoco recuerdo su nombre - , sangría con denominación de origen Don Simón... Eso sí, nada de agua. Un singstar donde todos menos Marta pusimos a prueba nuestras dotes. Olé María, qué sorpresa. Ahí, en confianza, momento guitarreo también - no podía falta, uy - con un poco de Tontxu, mejor que mejor.

De copichuelas (noche del viernes): genial, aunque había tres marías vestidas de negro bastante derrotadillas... y Al y yo a lo nuestro, jajaja. Luego desvarío momentáneo sobre la Regenta: filólogas vs ciudadanos de Vetusta. Un chupito no encontrado, un cocktail de melón pero sin melón, un último cacharro... y momento Celtas, homenajeando a las pucelanas, claro ;-)

De copichuelas (noche del sábado): después de la cenita ya sí que nos juntamos todos, todos. En el Cosa Nostra, que ya había conocido en las confir del año pasado. Todos, todos: Julio, Paloma, Miguel, Chon, Lile, Mara, Pablo, María, Alberto, Marta y yo. Creo que no me olvido de nadie... Partidita de dardos, tequila malísimo, ponche, sorpresas... Poco a poco todos se fueron despidiendo. María y Pablo: os tomo la palabra, espero ese paquete por seur ;-)... Miguel, Chon, Marta y yo cerramos el garito. Gracias por esa última copa en ese sitio tan pijo, por el desayuno y por el paseo hasta la estación. Qué risa y cuántas conversaciones espontáneas de todo así, en un momento.

Pero míralos. Qué guapos. No sé si de verdad os dáis cuenta de lo que tenéis. Qué grandes sois, de SER. Cada uno con su grandeza particular. Bueno, aquí no estáis todos, pero de cada uno me acuerdo un poquito. Un placer todo: los cambios, vuestra realidad, los ratos, la alegría, la espontaneidad, la cercanía, las invitaciones, las canciones, las imitaciones, las risas, las confesiones particulares, lo feliz que me hacéis, la vida que me regaláis, lo distinto dentro de lo igual, cada sorbo compartido - de ilusión, digo - , cada carcajada, las horas, la parsimonia, el relax, la improvisación, los detalles, las fotos, el teatro - que no te vi, pero fue bonito desubrirte ahí arriba - , ese último desayuno...

Y como cada viaje está lleno de sorpresas, Mikha y Chon fueron la sorpresa de este, nuestro viaje. Gracias por las risas, el cachondeo, las confesiones rápidas, las opiniones, el no pensar y dar / darse, el qué más da, gracias por el desayuno y por acompañarnos a la estación. Qué grandes: por fuera y por dentro. Y no, no llegamos a Madrid, jajaja. Quedarán más veces para compartir, seguro; pero ya os dije: fuísteis el remate perfecto para el bonito viaje que ya estaba siendo. Mikha: te prometo que llevaré mi sonrisa siempre como carta de presentación, gracias. Y Chon (Mocho, jajaja): ya seguiremos hablando de puzzles y piezas azules tú y yo...

Mis dos niñas de esta vez. Una, de aquí. La otra de allá. Nada que ver, pero qué bien fue juntaros a todos. Qué feliz me hicísteis. Qué subidón de grandeza, jooo... Es cierto que me habéis hecho un huequito especial, como dijo María, lo noté mucho. Capi: ¿Quedan 18 bolitas, no? A ver quién es la siguiente en restar otra... y te pido disculpas por el primer día, malos entendidos que tienen que ver con la sequedad de una, a veces, que mi tierra no tiene mar. Marta: cuando subimos al tren y me preguntaste "¿Cuándo volvemos?" me sobró todo lo demás. Me alegro tanto...

Una pulsera de bolitas, cuatro pajitas de color azul, un papel de una obra de teatro, dos pulseras de hace un año que no voy a quitarme, un vaso de sidra que NO me traje, muchas fotos, un collar que reconocí, el tapón del vino de una cena, una tarjeta del hostalito... y más que me guardo, pero ya sabéis que me chiflan.

GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS. Se me llena la boca y la sonrisaza de bobita flipada no me deja decir nada, como le dije anoche a Pau, que me encanta saber de tí. A ver si para la próxima nos vemos todos - todos. Y agradecí mil las llamadas y los mensajitos preciosos. Y aterricé, que es lo que quería: nunca despegué los pies del suelo y qué bien me encuentro.

Un placer, como siempre. Un abrazo a cada uno.

De momento vamos 3 - 0. Pucela ganando, a ver cómo sigue...

Duenda, sin haber perdido el Norte.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Adivina adivinanza...

No está reñida con ser sincero y además ahorra disgustos pequeñitos. Nadie está sobrado de ella.
Es propia de valientes inteligentes
y los miedicas de alma grande también pueden tenerla
(aunque quizá en exceso, que tampoco es bueno).
Se parece al tacto,
a la mesura,
al cuidado, ¿verdad?
Cuando se siente cariño o amor hacia la otra persona
es más fácil no olvidarla.
A veces hace que uno se pupee por dentro
pero a la vez, gracias a ella,
se disfrutará de un estado de serenidad gratificante
para con uno mismo;
aunque pase por la cabeza el pensamiento de
mejor no haber callado.
¿Qué es?...
¿Me lo contáis o mejor os lo cuento?
Feliz puente - acueducto.
Duenda, con la maleta preparada.

domingo, 8 de octubre de 2006

Segunda semana.

Segunda semana de clase. Intensa, emocionante, retos que asustan pero gustan. Asuntos retomados. ¡Que ya han vuelto!. Menos mal. Cafés de filólogos a media mañana repletos de azucarillos y elucubraciones. Paseos a Sandoval. Descubrimiento del Mentidero, justito para los día de Alianza. Reunión de la Mesa: primera asamblea en breve, uhhh... a ver qué tal. Bien, ¿y tú?. Plan de puente, que no acueducto. ¡Martuelita y Pachús de viaje!. En fin... COSAS LINDAS, de momento.
Como decía esa canción de cuando éramos chiquitos: "Yo llevo en mi mochila de colores mis ganas de vivir algunos sueños, como el de hacer feliz a los mayores: un mundo que no va con los pequeños...".

Pues eso: ganas de vivir algunos sueños.

Feliz semana a todos. Duenda.

domingo, 1 de octubre de 2006

Veedores 2006.

Ya de vuelta en casa. Así ha sido, más o menos:
Bocos de Duero. Una casita preciosa, gracias niña. Todos juntos y un buen rollo que agranda el alma. De cocineros y de cocinillas. Croquetas a las 3 de la madrugada. Tortas de aceite: bendito Peñafiel. Cena de despedida. Chupito de orujito de naranja por la noche: pa' entrar en calor. Camas sin hacer y cocina sin recoger. Fregadora oficial de por la mañana. Luces encendidas: oh, dios mío. Llave de hierro, quitadora de orzuelos. Crema de calabacín: mmm... Risas 23 horas al día. Llanto del bonito, pero muy poco. Corte de digestión por culpa de una coco: qué pasa, eh? De cháchara hasta las mil. Saltar de la cama en cualquier momento: en 5 minutos, sísí... Pelis en el portatil. Agujetas en los brazos del Eye toy. Bendita play y bendito Teken, o como se diga: lo reconozco un poco. Espinacas sin cubiertos en un parque. Agua mineral natural: puaj. Los batidos, el chocolate y las luriadas: cero coma, eso duraban. Tabaco por un tubo, y qué. Expresión express: hasta que Dani se ponía nervioso, claro. Conviví con bichillos en casa: avispas no, por favor. TODO SOBREeee... Duchitas sauna al llegar, qué ricas. Salchichas de bolsa: buenísimas, jo. Intento de tarta de queso: de verdad que me sale muy buena. Tortilla de patata y pescadito bueno: vivan nuestras madres. Carne al horno para despedirnos: olé sergio. Calimocho casi sin probar: ahí queda. Carreteras con curvas. Muchas fotos. Cielos alucinantes, tú. Roa de Duero y esos cafelitos... Ángel, el del bar que sabía de todo. Juan, Jaime y Jorge: los sobrinos del Tio Gilito. El richar! jaja... y Esther: que cuente Marina... Regina y Manuel, un caso aparte. Veri, la yaya de Almu: nos ganó al chinchón! Nuestros padres de visita: qué monos... Pablo de Curiel: un placer no, dos. Jose, el veedor: guapisísimo. Contratados por el C.R.D.O Ribera del Duero. Uhhh... lo dice EL CONSEJO, y cuidadito. Qué nivel, no me tosas. 12,4 de grado y es lo que hay: jooo... Maldita lluvia. ¿Calificado o descalificado? He ahí la cuestión. Y mil cosas más. Gente encantadora. Sitio precioso frío pero con el calorcito de la gente. Genial, genial, genial. Vengo encantada. Esos veedores 2006. Vaya guay. ¿Repetimos? Duenda. P.D Y no puedo colgar foto, porque me traje un cable confundido. P.D. Vaya. ¿Dani, lo tienes tú?