domingo, 3 de junio de 2018

"En todos los corazones anida el sentimiento de culpa. La aceptación de esa angustia es el camino doloroso y único que lleva a la fe y a la salvación", S. Kierkegaard.


Para anidar ha de haber nido. La culpa no es cálida, uno no se acurruca en la culpa. La culpa es el pájaro caído del nido y alimentado amorosamente por la mano que acunará primero para después dolerse, quizá, seguro, con gratitud. A lo mejor también con alegría. ¿Por qué un camino en el que creer y que nos salve? ¿En qué? ¿De qué? ¿Para qué un nido del que volar? ¿Para qué un camino si el viaje es a ninguna parte? La culpa siempre. Y el dolor, dolor es. Saber para dolerse. Para no dolerse si nos duelen. Para aprender a coserse al/del dolor que no se irá. Saber para elegir dónde anidar. Ya queda menos. Sostente. Quizá arrimen su hombro al tuyo. Ya no queda casi, ya verás. En todos los corazones anida la culpa. No la acurruques. Vuela.

d.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Hay personas que son el Espidifen del alma.

rut dijo...

Es verdad, Drú, las hay.