viernes, 6 de julio de 2018

Búm, y jardines para todos.

Búm, y jardines para todos.



Saltan chispas desde el cielo de la casa. Una lluvia de luces de colores inunda el pensamiento de la niña que mira absorta cómo es el mismo mar de todos los veranos. Heridas en las manos por trepar un arco-iris-ado con los pies descalzos. Piteras en las entrañas de explotar -siempre hacia adentro: búm, y jardines para todos-. Su hermana sube. Se sienta a su lado. Gozan en silencio simultáneo con el amor de sangre y fuego(s) que las une. De haber sabido qué iba a ocurrir luego, se habrían abrazado más, piensa la niña. Muchas veces. Todas las veces. Cada vez.

Como cada vez se frota las manos la niña tratando de sentir, ahora, aquellas noches rojas, azules y tierra de doce años, donde todo era mediterráneamente cálido, donde la luz, de tanto ruido, se volvía sorda.

A veces veía dragones.

d.

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