lunes, 21 de diciembre de 2009

A dónde van los mosquitos en invierno.

No puedo dormir. Por pensar. Y eso que a veces nadie me quita que me crea gilipollas. Porque yo lo valgo. Me ha molado la peli, me ha despertado símiles (misiles) y miedos (medios, medianos) y me parece que voy a deshacerme de todas mis camisas blancas y nada de saludos raros. Autarquía. Púm. Se me acumulan las del cine. Las que me presta Castán también molan, ese tío sabe por dónde se anda. Ya ha sido el primer parcial de HL2 y también mi cumpleaños y eché de menos a Javi, que andaba enmarronado (y amurallado) poniendo ceros (y treses) y sobresalientes. Anda que no le mareé contándole todos mis regalos. Unas tijeras para zurdos. Voy a pasarme las vacaciones de navidad estudiando todo el latín que no sé. Cuando cojo el coche con papá, siempre olvido la cámara, y es increíble lo bonito que es el pueblo ese de Alba de Cerrato. Parece otro mundo muy lejos de Castilla. Ahí no habrá ni para tomarse un café caliente. Como el pueblo ese en el que nunca pasa nada. Abocado significa aguacate en inglés y nunca me acuerdo de decírselo a Alba, puede que ya lo sepa, estudió y trabajó en Dublín. Qué zapatillas tan calentitas. Fermín me ha regalado su nuevo libro y algunas palabras. Ayer fuimos al teatro y salí con más ganas de saber y de aprender y de enseñar. Aunque haya clases que no sirven para nada, forman como persona y aportan herramientas. Esa idea me quedó clara. Clarísima. Hablamos de concursos amañados con maña. Hoy hemos hablado de fútbol, y de política, y de negros, y de nazis y de sharps. Y un señor que se llama Pedro (el padre de Pedrito) nos ha invitado a todos. He leído Babelia que tenía en portada a los monstruos y un artículo de psicología que hablaba de la impaciencia. Y de Andrés Calamaro. O a lo mejor era Coti. ¿Por qué Ricky Martin y Chayanne se odian? Menuda envidia se gastan. Menuda pasta suponen estos días. Mamá se empeña en salir mañana a la pastelería esa que me gusta tanto para comprar allí el turrón. Nada de barras envueltas, hija, lo artesanal siempre es mejor. Compramos un poquito de cada y ya. Ya, pero es que luego es un muchito. Y llévala la contraria. ¿Para qué me pregunta lo que quiero en Reyes si luego no me hace caso? Tengo Alianza. Puf. Y el miércoles la cena con todos, que ya tengo ganas. Haré tartas. Dos. Una de chocolate y otra de queso. Y termino la Alianza. ¡Hasta Enero! He despejado mi cuarto y cuando volvamos de vacaciones, me voy a ir de compras con Sara: ella, unos tacones; yo, una chupa de cuero de rondillera chunga. No tengo dinerooo. Mañana tengo clase con Susana y con Mercedes. Seguiremos con Joyce. Luego me dan la nota de HL2 y a estudiar. Y a estudiar las otras 8, también. Hay tiempo para todo. Para volar también. Me encantará la nochevieja neoyorkina, lo sé. En realidad ha sido un año grandioso, pero lo de vivir intensamente (en ambos DOS sentidos) es por eso de que me quedan los restos de una larga edad del pavo. Pero de éste no voy a hacer balance; y del próximo lo que haré, será una foto al día. Eso sí. Como en la peli española esa de título en latín en la que el tipo se retrataba el jerol cada día al despertarse. Imago mortis. A todo se acostumbra uno. Como al arbusto que han plantado mis vecinos en la puerta. Es más alto que yo. Qué miedo. Y sé que está ahí, pero se me olvida, sobre todo cuando trasnocho y entro en casa. Ojalá se me olvidaran algunas cosas. O no, qué me importa. Aprendo otras. Según pasa el tiempo, peor. Quiero mucho a la Gilda. Eso sí, no tengo ni idea de a dónde van los mosquitos en invierno.
d.

4 comentarios:

tormenta dijo...

una hoja de tu diario literario, me he sentido tu hermana pequeña espiándote.
me ha encantado! :)
muá.

Anónimo dijo...

Y las palomas, ¿Dónde van por la noche? Y el aguacate, ¿Por qué en catalán se dice "advocat" casi como en alemán?

La ura

rut dijo...

niña menta: tú sí que me has encantado!

uraaa: ¿y las uras dónde van en vacaciones de navidad? ¿al mismo sitio que los urones?

besos.
d.

Anónimo dijo...

Al sitio donde ya nada es nunca igual.