miércoles, 5 de octubre de 2005

¡He vuelto!

Cuánto tiempo y novedades: ya vais sabiendo, con sinceridad. Algunas se encajan mejor, otras cuestan más; pero todo es importante. Estos días, del Septiembre ya acabado, estuve pensando mucho y replanteándome cosas y sentires. Asuntos inconclusos. Bien, he descubierto significados realistas de muchas palabras que quedaban muy lejanas y de pronto usurparon mi espacio. En general, artificiosidades: cosas nada transparentes y muy bien disfrazadas que han hecho que me ponga la coraza un poco de nuevo; pero que siga luchando, como los valientes, aunque me tiemble todo por instantes, que la valentía no está reñida con el miedo. Retumba un algo en la cabeza ésta que da guerra últimamente. Bueno, en realidad era una sola cosa que se va convirtiendo en más a medida que le añado líneas a este post. Consejos que me dieron, que me dan. Que me dáis. Que vienen muy bien, pero son solo eso: consejos. La vida es de uno solo, y no vale que nadie te sostenga la mano ni te muestre el camino. Está bien eso de ir descubriendo y calculando el valor de las metas sobre la marcha. Estoy feliz y decepcionada, aunque me digáis que no merece la pena. Son sensaciones encontradas. Desencantada, supongo; y a la vez con ganas de comerme el mund. Ya hay muchos proyectos empezados, que es lo primordial. Solo quiero que sepáis que sigo aquí (o allí), que me tenéis aunque no escriba tanto, que nunca he pretendido nada más que dejar aquí cachos de alma y que, si algo he aprendido es que nadie es más importante que uno mismo. Y gracias por los empujoncitos, que ya me va gustando impulsar sola. Cuenta una amiga, quien por cierto me regaló la imagen que aquí escojo, que se encontró una rosa con espinas en su camino... y que no temió el haberse pinchado, sino haber encontrado esa rosa. Una rosa, un libro, El Principito en francés, un billete sin estrenar, abrazos acumulados, y humo y café, un traje bonito aún sin decidir... ¡y unos "cacharros"!... Todo esto me recuerda que me voy de viaje. Y hasta aquí puedo leer. Un beso azul. Duendecilla. Como sé que habéis estado esperando post, le pedí a Neruda que nos hiciera un regalo y me prestó este poema. Que os guste. A veces te hundes, caes en tu agujero de silencio, en tu abismo de cólera orgullosa, y apenas puedes volver, aún con jirones de lo que hallaste en la profundidad de tu existencia.
Amor mío, ¿qué encuentras
en tu pozo cerrado?
¿Algas, ciénagas, rocas?
¿Qué ves con ojos ciegos,
rencorosa y herida?
Mi vida, no hallarás
en el pozo en que caes
lo que yo guardo para tí en la altura:
un ramo de jazmines con rocío,
un beso más profundo que tu abismo.
No me temas, no caigas
en tu rencor de nuevo.
Sacude la palabras mía que vino a herirte
y déjala que vuele por la ventana abierta.
Ella volverá a herirme
sin que tú la dirijas
puesto que fue cargada con un instante duro
y ese instante será desarmado en mi pecho.
Sonríeme radiosa
si mi boca te hiere.
No soy un pastor dulce
como en los cuentos de hadas,
sino un buen leñador que comparte contigo
tierra, viento y espinas de los montes.
Ámame tú, sonríeme,
ayúdame a ser bueno.
No te hieras en mí, que será inútil,
no te hieras en mí porque te hieres.
"El pozo", Los versos del capitán. Pablo NERUDA.

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