domingo, 29 de enero de 2006

En un cajón.

La encontré hoy haciendo limpieza en un cajón. Desde luego, de no haberla encontrado, habría dado lo mismo: la tengo guardada en otros muchos cajones donde no se perderá, por suerte o por desgracia, nunca. Las cosas cambian y esta letra, que nació de mí, sigue doliendo. Menos, porque sí es cierto eso de que "el tiempo todo lo cura". ¿Todo? Bueno, no sé, quizá. O quizá no, y siga pinchando un poquito aunque sigan pasando los años. De todas formas, es un recuerdo bonito y como digo siempre: pesa más lo bueno. Por cierto: no tiene título. No soy buena para ponerle nombre a las cosas, a las canciones, a los sentires... simplemente, están ahí, que es un poco (o un mucho) de lo que se trata. Mejor... la devuelvo al cajón. Otro día os la cuento. Siguen sin gustarme los domingos y creo que porque me destapan cachitos de mí que me pensaba enterrados; pero a veces, una, no sabe bien cerrar círculos DEL TODO. En fin, que un beso.
Duendecilla.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Busca en el cajón de los recuerdos, de los tiempos de esas sonrisas que se marcan en la cara durante horas, del patio del colegio, de los silencios que producía aquel disco aquella lejana tarde...

Busca en tu cajon, pequeña, y no dejes de buscar... pero no te lo quedes para ti... compártelo un poquito -aunque a veces duela-.

Y las palabras no se las lleva el viento... las palabras se graban a fuego en nuestro cuerpo, en nuestro pequeño corazoncito.

Un BeSo...

P.D: Sí, me voy... ya me voy... no te molesto más (es muy tarde y mañana tengo que estudiar... :'( no quiero...)

Elena -sin h- dijo...

Quizás otro domingo encuentres algo más alegre a lo que dibujar un título en cada esquina.

Marina de Luna dijo...
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Marina de Luna dijo...

No entierres los cachitos del alma,
déjalos abiertos aunque traigan pesares,
conciencia maldita destroza la calma,
humo sosegado inunda los bares.

No la coartes, sabes que ama
ni la dejes olvidada por otros lugares,
tráetela contigo, conmigo sana,
q vea mucho mundo, q haga malabares.

Ese alma bonita nos pinta el amor,
nos empuja cuesta arriba a tocar el cielo azul,
desenfunda tu juanita y cántanos el color.

Adornando, como te gusta, tu tesoro de fino tul,
ven y te hago un gorro con una gran flor
de tul mágico de duende hambriento de inquietud.

Aunque a regañadientes x ti me amoldo y escribo un soneto; el primero, te lo regalo.
Un beso;
tu aralita*
Te quiero!